domingo, 23 de septiembre de 2018

Otoño, playa y running. Una buena combinación.


Igual solo es impresión mía, pero parece que el mercurio, cansado del ajetreo de los últimos meses, ya no escala los grados dentro de su encierro de cristal con la misma soltura de días atrás. La tarde y la cena ya no confunden sus horarios y las primeras lluvias otoñales -en algunos sitios para bien, en otros para mal- han empezado a saciar la sed de los cauces secos y cuarteados.


Parece que ya es hora de empezar a recuperar rutinas y rutas de entrenamiento que el rigor del verano había vuelto intransitables. También es la hora de recuperar horarios más normales porque, aunque parezca mentira, los runners dormimos menos en vacaciones, buscando horarios en los que el calor del sol no nos alcance y acabe con nosotros mientras aún estamos corriendo (lo se, suena casi a película de vampiros).

Un buen lugar de entrenamiento para recuperar en otoño es, sin ninguna duda, la playa.

Las grandes concentraciones de gente van desapareciendo y la calidez del sol junto con la brisa del mar se agradecen mientras se hace ejercicio pero, además, tenemos a nuestra completa disposición todas las infraestructuras e instalaciones que podamos necesitar y que quedan vacías tras la desaparición de los turistas: zonas de ejercicio, carril bici, plazas de aparcamiento, fuentes cada pocos cientos de metros, locales para tomar algo fresco o almorzar... ¿qué más se puede pedir?

Correr running playa Valencia


Para correr contamos con un recorrido junto al mar de casi 3 kilómetros de longitud partiendo desde el monumento al actor valenciano Antonio Ferrandis (recordado sobre todo por su papel como “Chanquete” en la serie televisiva de los años 80 “verano azul”). El monumento se ubica en la parte del paseo más próxima al puerto y al centro de la ciudad.

Esos 3 kilómetros de recorrido nos permitirán recorrer tanto la Playa del Cabañal (Las Arenas) como la Playa de la Malvarrosa y, ya en el termino municipal de Alboraya, la Playa de la Patacona.

A lo largo de nuestro trayecto podremos alternar diferentes firmes: Desde tierra compactada y asfalto hasta -desafortunadamente para nuestras rodillas- hormigón y pavimento (¡no se puede tener todo!).


De cualquier manera, es cierto que tres kilómetros (y sus tres de vuelta, claro) se quedan cortos para muchos corredores y corredoras por lo que conviene saber que, una vez finalizado el paseo marítimo, un pequeño camino rural frecuentemente utilizado por ciclistas y que discurre paralelo al mar, nos permitirá continuar hasta la vecina Port Saplaya, en la que podremos encontrar su magnífica playa, un centro comercial donde reponer fuerzas y un bonito puerto interior.

Correr running Port Saplaya Valencia


Así, con este recorrido añadido, nuestra ruta alcanzará los 5 kilómetros justos que -contando con que tenemos otros tantos kilómetros de vuelta- nos permiten alcanzar unos 10 kilómetros de trayecto, que pueden ya considerarse una distancia respetable.

Este nuevo trayecto nos permite descubrir además otros rincones interesantes a lo largo del recorrido, como la pequeña ermita del Milagro de los peces, erigida casi a orilla de la playa en el lugar exacto en que, según la leyenda, unos peces obraron un curioso milagro a mediados del siglo XIV.

La ermita actual, de estilo neogótico, fue construida a principios del pasado siglo sobre los restos de otra pequeña ermita más antigua.



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