Todo runner
lo sabe aunque se empeñe en ignorarlo: Si quieres mejorar tu marca, el entrenamiento en cuestas es indispensable. Lo
siento. Haber elegido hípica o esgrima.
Pero una cosa
es hacer un entrenamiento más o menos exigente con la noble intención de
mejorar tus condiciones atléticas y otra muy distinta participar en una
competición cuyo recorrido sea siempre hacia arriba. Parece uno de esos retos a
los que solo se apunta una pequeña minoría de innovadores ¿verdad?
Pues
sorprendentemente no es así...