lunes, 29 de abril de 2019

Tan solo un inciso y seguimos


La actividad deportiva basada en correr o el running, como se llama ahora, ha vivido a lo largo de las últimas décadas varios momentos en los que ha resurgido con fuerza y se ha convertido en moda en gran parte del planeta. (Los que ya peinamos alguna que otra cana recordamos con una sonrisa -en parte nostálgica y en parte ruborizada- la época del footing y su estética ochentera). 


 
Dicen los expertos que la aparición recurrente del placer de correr a través de parques y calles obedece a momentos puntuales de ciclos económicos.

Pues será así, si ellos lo dicen pero, en cualquier caso, parece que en esta ocasión se están traspasando un número de barreras, tanto temporales como geográficas, que asombrarían al propio fundador de Nike.
 

Es una opinión subjetiva, claro, porque no es fácil cuantificar estás cosas pero ¿acaso no está durando la "moda" de correr mucho más tiempo y está alcanzando a mucha más gente y colectivos que nunca antes? ¿No se ha convertido en un fenómeno a escala casi mundial englobando a todo tipo de grupos sociales?

 

Lejos de ser una actividad propia de jóvenes brokers de los 80's, vemos como los campeonatos máster arrasan en público y participación con cada nueva edición. Nuevas figuras de la ultradistancia como la británica Jasmine Paris imponen su autoridad absoluta y cientos de perfectos aficionados, que hace 5 años podían estar perfectamente tumbados en el sofá, recorren el planeta superando retos y participando en eventos difícilmente explicables a quien no haya sido aún "contagiado" por esta nueva corriente deportiva. Nuestro mundo es más pequeño ahora que nunca, lo que es causa más que probable de la actual viralización del running como actividad.
 

Y del mismo modo que la actividad de correr influye sobre el planeta y sus costumbres, la sociedad la reinventa nuevamente a su vez. Y vuelta de nuevo a empezar...
 

Afirmaba recientemente Eliud Kipchoge, pocos días antes de su nuevo éxito -y van cuatro- en el Maratón de Londres, que la maratón podría ser un deporte de equipo como el ciclismo o la fórmula 1 en menos de 10 años. Sabe bien de lo que habla. El propio Kipchoge ha sido de este modo (trabajando en equipo) el humano que ha estado más cerca de romper la barrera de las dos horas en maratón, dentro del experimento de Nike de Breaking2.
 

 

Del mismo modo, las carreras de montaña y los trails se encuentran en plena evolución, asumiendo cómo buenamente pueden el increíble incremento de participantes y tratando muchos de ellos de alcanzar la excelencia en lo referente a su impacto medioambiental. Las regulaciones por parte de muchas administraciones públicas (véase por ejemplo el caso de Canarias (aquí)) han empezado a tener presentes todas estas nuevas circunstancias.
 

¿Asistimos al nacimiento de nuevas modalidades deportivas, o solo a su adaptación a los nuevos tiempos?

 

En cuanto al turismo deportivo, muchas son las ciudades que han apostado por el running como reclamo. Valencia, que aspira en este 2019 a obtener la Etiqueta Platino de la IAAF para su Maratón, y a convertirse en el séptimo major, es un buen ejemplo ello.

 

Cierto es que la ciudad cuenta por sí misma con cualidades más que suficientes, como las características climatológicas que le brinda su condición de urbe mediterránea o el hecho de contar con un perfil más plano que un azulejo pero, su espectacular evolución desde la edición número 31ª del año 2011 hasta el día de hoy, se debe sin duda al impagable mecenazgo del empresario Juan Roig y de su Fundación Trinidad Alfonso (aquí), al apoyo incondicional de los ciudadanos y al compromiso de todos los grupos políticos con el proyecto. Cosa rarísima ver a todos los partidos de acuerdo en algo…
 

En este último sentido, es muy significativa la participación de todos los grupos políticos en una Declaración Institucional hace unos pocos días, ofreciendo su compromiso y apoyo para cumplir con el objetivo de obtener la IAAF Platinum Label (aquí).
 

Por cierto!! La plaza donde se encuentra la línea de salida de la Maratón en Valencia va a tener en breve un nuevo nombre muy fácil de recordar: Plaza de la Maratón
 

Del mismo modo, el turismo de aventura en torno al running se ha convertido en algo habitual. Mucha gente puede ya permitirse el lujo de ir a correr al polo norte o de correr sobre la gran muralla china o, incluso, correr una maratón sobre la superficie helada de un lago Siberiano (aquí).
 

Es la popularización de las grandes gestas, lo que condenará al olvido a los grandes aventureros y descubridores de la historia.
 

Parece evidente afirmar que son las sociedades las que crean los deportes y que éstos, a su vez, tienen un gran peso sobre ellas contribuyendo a su evolución, en un círculo constante.

 

Tiempos interesantes, los que están por venir.

 

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