Un viaje para
dos personas al mítico Maratón
de Nueva York con todos los gastos pagados es lo que se ha perdido el corredor que
fotocopió su dorsal a dos amigos para
que pudieran correr gratis en la pasada edición del Zurich
Maratón de Sevilla.
No sé a qué
precio están ahora las fotocopias a color, pero no creo que le hayan salido
bien las cuentas.
El tema es
que la conocida empresa de material deportivo New
Balance lanzó la promoción “De Sevilla a Nueva York con New Balance”
en la que podía participar cualquier inscrito al Zurich Maratón de Sevilla 2019
que corriera con calzado de la marca y además hubiera realizado una compra por
valor mínimo de 125€ en textil o zapatillas de running NB, en determinadas
tiendas.
La sorpresa fue que el
dorsal ganador -número 03036- aparecía en varias fotografías en diferentes
puntos del recorrido ¡sobre la camiseta de diferentes corredores!
Como era de
esperar en una competición de este nivel, los organizadores han sido ágiles en trasladar
el asunto al Juez de la RFEA y el corredor ha sido descalificado, lo que
automáticamente lo excluye del sorteo. (Enhorabuena al suplente previsto en la
Bases de la Promoción)
Este no es
más que el último caso que ha saltado a los titulares de una larga lista de
infracciones que, en la mayoría de ocasiones, no llegan a trascender o siquiera
a descubrirse.
Seguramente
ninguna competición se salve de esta lacra pero, por citar algunos casos
notorios aparecidos en los medios en los últimos tiempos, encontramos
competiciones de tanto nivel como el Maratón de Boston, el de Pekín (2017), el
EDP Rock ´n´ Roll Madrid Maratón (2017) o el Medio Maratón Valencia Trinidad
Alfonso EDP (2018)
Esta práctica
de correr con dorsales falsificados (más habitual de lo que pudiera parecer)
resulta insolidaria
frente al resto de participantes que pagan religiosamente por su participación
y que se ven obligados a compartir servicios e incluso, en algunos casos, a no
disponer de algunos de ellos como avituallamientos o una merecida medalla de finisher,
porque -no lo olvidemos- estos personajes no se suelen privar de nada.
Pero además
resulta una práctica que demuestra muy poco sentido común pues, además de que la organización podría tomar
medidas legales contra los corredores “piratas” hay que tener en cuenta que en
caso de sufrir cualquier percance el seguro de la competición no cubre los
costes que puedan derivarse ¡Y esas facturas no suelen ser baratas!
El argumento general para negarse a pagar la
inscripción a una competición suele ser el elevado coste de la misma, ya que se percibe como un intento
de lucro abusivo por parte de las organizaciones.
Lo que no
suele conocerse por parte del público en general es que las inscripciones de los corredores quedan
muy lejos de cubrir el coste de las competiciones...
Según datos
del IVIE correspondientes al estudio de impacto económico de la edición del
Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP de 2018, las inscripciones de los corredores aportaron únicamente
el 26% del gasto del evento. Del resto, un 67% corresponde a los aportes
de patrocinadores, un 4% se obtiene de ingresos por actividades paralelas y un
3,2% se obtiene de instituciones públicas.
Sin embargo, cada
euro invertido en el evento se ha traducido en 3,7 euros en gasto turístico y
la creación y mantenimiento de 429 empleos (equivalente a tiempo completo al
año).
Turismo y trabajo para tu ciudad, así como la
satisfacción de participar en un evento seguro y bien organizado me parecen
motivos más que suficientes para pagar un dorsal.
Para más
información:
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